La limpieza interdental es esencial para eliminar la placa y las bacterias que no se pueden alcanzar con el cepillado dental. Si no utilizas el hilo dental u otra herramienta para limpiar los espacios entre los dientes y entre dientes y encías, dejas de limpiar un tercio de la superficie de tu sonrisa. Esto significa que permites que se acumule le placa que se forma día a día en tus dientes.
El hilo dental: la clave de la limpieza interdental
De no eliminarla, al cabo de 24 o 36 horas, la placa se endurece y se convierte en sarro. Esta sustancia endurecida no se puede eliminar mediante el cepillado o el uso del hilo dental y solo se puede sacar con una limpieza dental profesional. Usar el hilo dental al menos una vez al día evita que la placa se acumule y se convierte en sarro. Pero para poder aplicar una limpieza interdental correcta debes saber cómo usar el hilo dental correctamente.
Pasos para usar el hilo dental correctamente
Con estos sencillos cuatro pasos podrás utilizar el hilo dental correctamente:
Paso 1
Coge unos 30 centímetros de hilo y rodéalo en tu dedo índice y corazón, dejando aproximadamente unos 5 centímetros de hilo tensado entre manos.
Paso 2
Introduce el hilo entre los dientes y haz que rodee el diente formando una forma de “C” alrededor de la base del diente. Friega el hilo desde la base del diente hacia la punta tres veces.
Paso 3
Asegúrate de que friegas los dos lados del diente. No te olvides de hacer lo mismo en los molares de detrás.
Paso 4
Cepíllate los dientes después de haberte pasado el hilo dental. Este es el mejor método para prevenir la caries dental y la enfermedad periodontal.
Cuando sangran las encías
A veces sangran las encías cuando te pasas el hilo dental por primera vez. El sangrado suele parar después de unos días, una vez has conseguido una correcta higiene y se ha ido la infección. En caso que no sea así, acude a visitarte con tu odontólogo. Él te examinará las encías y quizá te recomiende mejoras en la técnica del hilo dental.
